lunes, 13 de abril de 2009

El número del cordero

Las tres últimas cifras del número ganador del sorteo de la ONCE del 8 de abril de 2009 son 849, de modo que el afortunado poseedor de la papeleta con ese número se ha llevado el cordero. ¡Enhorabuena al ganador y gracias a todos por participar!

viernes, 3 de abril de 2009

Historia de un universitario

En el Encuentro Intercultural que se celebró en Castro en el mes de septiembre, tuve tiempo para estar con los africanos que habían llegado a la ciudad recientemente. Uno de ellos me llamó la atención y se lo comenté a mi hija: “Hay un chico que tiene una mirada que me gusta y una expresión dulce. Siempre sonríe, es de Mauritania”.

Pasó el tiempo. Cuando empezaron las clases para adultos coincidía con los chicos en el instituto. Yo salía de clases de francés y ellos de español. Un día el chico me dijo: “¿Me puedes ayudar?”. Yo le dije que si no había algún voluntario de Cruz Roja que lo pudiera hacer. Como su respuesta fue negativa, le dije que intentaría ayudarle. Él tenía muy claro lo que necesitaba hacer.

Lo primero era traducir su título universitario y homologarlo para seguir estudiando y sacar el doctorado. Un amigo de Costa de Marfil que había trabajado como traductor nos dijo a quién podíamos consultar. Llamamos, pedimos cita y una tarde nos fuimos a Bilbao. Nos recibió Jatabi, un marroquí que aconsejó y guió al chico. La traducción de su título era muy cara, 350 euros. Así que nos fuimos con la información de lo que tendría que hacer si decidía vivir en el País Vasco. ¡Le encantó Bilbao! Decía que quería vivir allí. Cuando conozca Santander y San Sebastián seguro que también le encantan.

Lo primero que necesitaba era empadronarse y como los ayuntamientos sólo reciben por la mañana, pues fui a buscarle al albergue. No pudo pedir permiso para salir a hacer este trámite porque no le cogían el teléfono. Cuando volvió tenía su expulsión tramitada. Él se puso muy contento, estaba deseando dejar de subir ese monte hasta Talledo, esos tres kilómetros y medio, de noche, con lluvia y sin luces. Os recuerdo que hemos tenido un invierno muy duro. Me decía que el último kilómetro le daba miedo porque la carretera no tiene protección y puedes caerte por la ladera. Alguna vez que he subido, los he encontrado en la carretera, él siempre el último, y cuando se subía al coche repetía: “¡Qué suerte, madre, qué suerte!”. También hay vacas y se oyen otros animales. Los chicos corren peligro, alguien debería hacer algo, tendrían que llevar chalecos reflectantes y linternas.


(Aquí el mapa, para que veáis dónde queda Talledo.)

Desde que vive en Castro he convivido mucho con él. Siempre quiere ir a todos los sitios. Es entusiasta y positivo, alegre y ameno. Si tengo que ir con mi madre al hospital, si hay que ir a un entierro, ir al cine, subir al monte, hacer una marcha, lo que sea, él siempre está dispuesto. Es un chico excepcional. Un regalo de África. No quiere que su familia sepa en qué condiciones está, por eso no digo su nombre. Algún día os lo diré y veréis su preciosa sonrisa.
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