miércoles, 18 de noviembre de 2009

Africanos en España, españolas en África



Las “madres” –Mª Carmen y yo- nos vamos de viaje a Kenya y, desde España, Sidia nos manda mails como este:
“Espero veros pronto os echo mucho de menos me gusta mucho estar con vosotras porque sois muy simpaticas y alegres y os precupeis mucho de nosotros yo me alegro mucho porque me haceis sentir muy feliz pero ojala dios os proteja como siempre bueno un abrazo a todos que lo pasais bien adios mis mamas”.

El otro día me llama Doumbia y dice que le ha hablado de mí a su madre. Ella dice que cuando pueda viajar su hijo, que vaya con él a Costa de Marfil y que me va a regalar una vaca. Entre risas le contesto a Doumbia: “¡Pero qué voy a hacer yo con una vaca!”, y él se ríe y me dice “Pues traerla a España o comerla allí”. Son geniales.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Orgullo de madre

Kukuxumusu (creo).

En dos meses cruzó la frontera unas quince veces. Pasaba de Tánger a Tarifa y le obligaban a volver. Pero un día eligió un autobús turístico que le llevó más lejos. Llegó a Sevilla. Viajó cuatro horas tumbado en el chasis. Cuando el autobús se detuvo en la cochera y los turistas se fueron, todo se quedó en silencio y entonces salió del escondite. Pero el garaje estaba cerrado, y el vigilante que le vio por la cámara de seguridad, llamó a la policía. No entendió nada de lo que hablaron pero dice que todos fueron muy amables con él. Estuvo intentando trabajar en varias provincias: Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Guipúzcoa y no recuerdo en cuántas más. Un día le llevaron a un centro de Cruz Roja y de allí lo mandaron aquí, a Castro, donde tuve la buena suerte de conocer a este chico.

Su madre tiene que estar muy orgullosa del hijo que tiene. Es bueno, cariñoso, deportista, extremadamente limpio, buen cocinero, honrado, discreto, dulce...

Un día me dijo: “Si yo limpio casa, entonces yo más tranquilo”. Siempre va bien arreglado. Limpia en un par de casas, un día a la semana. También sabe pintar y hacer trabajos de construcción. En Marruecos, por un día de trabajo en la obra y con menos medios que aquí, le daban cinco o seis euros, aquí si consiguiera el mismo trabajo cobraría treinta y cinco o cuarenta. Pero no hace más que sobrevivir, gana lo justo para pagar el alquiler y comer. Cuando consiga trabajar y ganar un sueldo de 800 ó 1.000 euros podrá ahorrar y volver a su país. ¿Pero cuándo será? Tiene 26 años y sus mejores años los pasa esperando, soñando, sufriendo. Sufre viendo a los jóvenes cuando hacen "botellón": “Mama, chicos beber, fumar, droga… muy mal, ¿eh?”.

Tiene una triste historia de amor. Ella está estudiando Medicina y su padre la obliga a dejar los estudios y a casarse con alguien que él ha elegido. Hace unos días, la chica se opuso a los deseos de su padre y se fue de casa. Ahora ha vuelto, pero sigue diciendo no a ese matrimonio que no desea. A ver si la espera no es muy larga, aunque parece que lo va a ser...

martes, 3 de noviembre de 2009

Cuentos de África



Una vez más, Bass cautivó a niños y mayores. Fue un domingo a Mioño, donde celebraban una fiesta africana, y Bass leyó un cuento y tocó el djembé. Le acompañó su amigo Jose, y los dos con la música llenaron el espacio con ese ritmo maravilloso que saben sacarle a los tambores. Las mujeres de Mioño habían hecho una choza, una jirafa y un avestruz como decoración y expusieron comidas africanas. Bass leyó un cuento sobre el Rey Leopardo, y gracias a su porte y a su exótico acento, creo que fue inmejorable como narrador. Aunque yo no podría repetir ese cuento, disfruté mucho oyéndolo. Gracias Isabel por contar con él.
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