
En torno a nuestra txosna hay alegría, los jóvenes están de fiesta. Pero también hay preguntas sobre los africanos, su viaje en cayuco, su situación, su futuro. Hay críticas: “¡Estos son los culpables del paro de nuestros jóvenes!”. A este individuo le hice ver que el africano que estaba en la barra no se comía el bocadillo que le habíamos preparado para cenar, sino que se lo llevaba para comerlo al día siguiente, porque el poco dinero que gana lo guarda para pagar el alquiler. Mientras, nuestros jóvenes están hasta las ocho de la mañana bebiendo y fumando cigarrillos y porros, y a saber cuántas cosas más.

En torno a nuestra txosna hay conversaciones sobre viajes a África, hay solidaridad, generosidad y buen rollo. Hay amigos con mayúscula y se implican nuestros hijos y sus amigos y nuestros familiares, y hasta los chicos de las otras txosnas están pendientes y son super amables.
La gente que se acerca a tomar un refresco o un katxi sabe que el dinero que ganemos es para aliviar la situación de unos chicos que lo están pasando mal. El esfuerzo y sobre todo el trasnoche agotador, al que no estamos acostumbradas, se olvida porque tenemos el corazón lleno de satisfacción. Esperemos llenar también el cajón.