jueves, 3 de septiembre de 2009

Sustos policiales



¡Vaya puntería! Los sustos se los han dado a los que menos lo merecían. Una vez me llama Jaité: “Mama, policía, bolsos, yo policía”. Voy a buscarle y los policías municipales me dicen molestos que por qué se ríe el chico. “De nervios”, contesto.

Otro día mi amigo Juan me telefonea y me pide que vaya con Mª Carmen al cuartel de la Guardia Civil. Al mayor de todos le han dado un billete falso y en el supermercado no le dejan marchar hasta que lleguen los guardias. L. es un hombre tranquilo, honrado, formal y alegre, que está aquí para mandar dinero, para que sus hijos acaben sus estudios. ¡Cinco años sin ver a su mujer y a sus hijos! Cuando llegamos al cuartel, Juan ya está allí y nuestro bangu tiene un susto tan grande que está a punto de llorar. Nos enseña sus manos estropeadas y dice “Yo sólo trabajar”. Los guardias son muy atentos y le han llevado para que se identifique y para intentar saber el origen del billete. Difícil tarea… a saber por cuántas manos ha pasado ya. Al día siguiente preguntamos en los supermercados qué hacían al recibir un billete falso y todos nos dijeron que no aceptarlo, y en ningún caso llamar a la Guardia Civil. Por supuesto, fuimos a ver a la encargada del supermercado en cuestión para pedir explicaciones. Es un comercio al que no tengo intención de entrar nunca más.

El último susto. Me llaman y me dicen que a Sidi le han llevado los guardias al cuartel. Corro por el pasillo sin saber dónde voy, no encuentro el teléfono. Cojo las llaves del coche, el bolso. Vuelvo a entrar porque estoy en zapatillas de casa. ¡Qué preocupación! Entonces suena el teléfono y oigo su voz: “Hola” (él tan tranquilo).
“¿Dónde estás?” (yo expectante). “En casa” (como lo más natural del mundo).
“¿Y estás bien?” (algo se ha parado a mi alrededor). “¡Claro, mama!”. Entonces me cuenta su aventura y me doy cuenta de que está preparado para afrontar lo que sea. Un día dijo: “Yo no he ido a la escuela pero no soy tonto”. Es muy listo, listo y elegante, en su comportamiento, en su porte y en su actitud ante la vida.


3 comentarios:

olgap dijo...

Qué indignante lo de ese supermercado! Con qué derecho creen poder retener a la gente de esa manera! Hay que ver...

Qué buena la tarea que realizas.
un cordial abrazo

Anónimo dijo...

Eres una persona comprometida y valiente.

Felicidades.

Naiara Arnaez dijo...

menuda injusticia... en fin... tampoco me sorprende demasiado...

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