jueves, 8 de mayo de 2008

El viaje

“Durante los diez días que duró la travesía, sólo orinó. Comía galletas que secan el intestino para estar estreñido. No se quería sentar en el borde del cayuco por miedo a caerse al agua”.


El mar es la frontera entre la miseria y la promesa de un futuro mejor.
Cuando uno abandona su casa, a su gente, y se juega la vida en un viaje sin destino claro, tiene razones poderosas. Es una valentía teñida de desesperación.
El viaje puede durar semanas. El espacio es mínimo, la comida poca; el agua, casi toda salada.
Intentamos imaginarnos las sensaciones y dolores de esta travesía infinita y somos incapaces. Ni siquiera sabemos qué es el hambre de verdad, ni hemos vivido la guerra en carne propia (la mayoría). El de ellos, es otro mundo.



Estos días –hasta el próximo lunes 12 de mayo concretamente- recala en Santander la exposición ‘En la otra orilla’, una propuesta de Cruz Roja Española que intenta que comprendamos mejor el viaje de los inmigrantes. Es una muestra sensorial que trata de transmitir olores, situaciones… en definitiva, experiencias. Se puede ver en la estación de Renfe de 10 a 13 y de 16 a 21 horas. Esta tarde iré. Ya os contaré.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El mar es frontera de muchas cosas, pero es más triste cementerio para tantas almas. Saludos.

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