Hoy estoy triste. Dos están sin trabajo, tres con reducción de jornada... y de sueldo. El que trabaja está preocupado por sus compañeros. Otro está enfermo y otro tiene un problema en la piel. Me llama el compañero de piso de uno: el africano se retrasa en el pago del alquiler. ¡Claro, como que no ha cobrado! Me llama el dueño del restaurante: “El negocio va mal, no voy a poder pagarles”.
Les hablo de volver a África. Me miran como si estuviera loca y la respuesta es NO. Una institución "humanitaria" me decepciona, el círculo de amigos de segunda fila, también... uuugggghhhh
Mi móvil suena y suena. Llamada perdida. Es un africano. No lo cojo. Me siento peor.
Pienso en mi marido, tan tolerante, en mis hijos, que son geniales, en mis estupendas amigas de primera fila, en que he retomado contacto con mi prima uruguaya. Tengo agua, tengo comida, tengo familia, tengo ropa, tengo casa, tengo coche. Pero me siento fatal.
2 comentarios:
Vaya por Dios. Mucho ánimo Mama Afrika. Espero que todo se resuelva de la mejor manera posible.
Ya pasó, como una nube negra. Dejamos de pensar en lo que no tiene solución y afrontamos el resto. Gracias por tu ánimo.
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