La verdad es que cualquier cosa que organizamos se convierte en algo popular, algo que nos entusiasma, nos divierte y nos une. Mis amigas se llevan papeletas del sorteo para vender a los vecinos y a la familia. Otras me dan las participaciones para los chicos y pongo por detrás "negris", y las guardo con el dinero. También me ha dicho mi profesora de comparsa que, si le toca a ella el cordero, nos vamos las del grupo y los africanos a un merendero y hacemos una comida, con música. Bueno, eso quizá lo hagamos aunque sea con tortillas.
Es muy gratificante sentir el apoyo de la gente.
Ayer una amiga me dio dinero para lo que necesiten. Me dio pudor abrir el sobre y pensé hacerlo en presencia de mis más cercanos amigos y colaboradores, Mª Carmen y Juan Ogando. Pero llegó mi amiga y no sólo lo abrió, sino que lo contó en presencia de la donante. Nos regaló tranquilidad y seguridad para una temporada… nos regaló felicidad.
¿Alguien dijo que iban a penar esto, el ayudar a los demás? ¿Y qué va a pasar con los invisibles? ¿Los veremos tirados por las calles? No pueden trabajar, ni podrán recibir ayuda legalmente... PERO YA ESTÁN AQUÍ.
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