miércoles, 25 de marzo de 2009

Un día superafricano



El lunes fue un día superafricano. Me llamó Dicko para despedirse. Se va a Madrid. Estuvo muy cariñoso, me daba las gracias -“gracias, gracias”- y me tiraba besos. “Mua mua mua”, como los niños haciendo el ruido.

Me llamó Omar, el mauritano de cerca de Mali, donde tienen vacas blancas con cuernos enormes. Se va a Torrelavega. Majísimo también.

Hablé con Dumbia y Cissoko, que están en Vitoria, tres veces en el mismo día.

Vi la ropa que ha hecho Fodé. ¡Es preciosa! Cose muy bien. Estoy entusiasmada, se va a ganar muy bien la vida. Le di un par de besos más a gusto...

Estuve con Sidia tratando para un trabajillo que van a hacer. Me presentó a un amigo que ha venido a visitarle, se llama Moussa.

Estuve con Kafu, que ha empezado a trabajar y estamos todos muy felices por él. Y con Alassana, que era su día libre y vino a visitar a los amigos.

Y hablé con Aziz y Vall. Como me iba de viaje –ahora estoy en él- todos me han despedido con buenos deseos y frases tan bonitas como esta: “Madre, estés donde estés, te quedas en mi corazón”.

No hay comentarios:

GOOGLE ANALYTICS